Bien se dice que las crisis son oportunidades. Ése es el ángulo correcto de mirarlas y hacerles frente. Hoy, la humanidad entera se está enfrentando a la crisis del coronavirus que, por sus alcances y consecuencias, algunos la asemejan con la segunda guerra mundial. Una catástrofe. Y se traduce en un enorme desafío a la unión, creatividad, fortaleza, generosidad, esfuerzo y responsabilidad para las sociedades en general y para todo lo que en ello va implícito, particularizando en este caso para las empresas y organizaciones, y para cada ser humano en particular.
Ahora es cuando el trabajo en equipo ha adquirido un valor trascendente y decisivo para la supervivencia de la humanidad, como se está comprobando en los hospitales, laboratorios, industria alimenticia, servicios esenciales, higiene, transporte, logística, comunicación, información y otras que sustentan la operación de éstas. Sin un trabajo en equipo eficaz y efectivo, literalmente, estaríamos al borde de la extinción. La crisis del COVID – 19 ha venido a poner en un primer plano la gran trascendencia que tiene en un momento como éste el trabajo en equipo y los enormes beneficios que del mismo se están desprendiendo.
Es cierto que el trabajo en equipo en tiempos de crisis, más aún cuando ésta es severa, para que sea efectivo, tiene que cimentarse en un motivo que sea muy significativo para las personas, que les dé un sentido y significado profundos a su actuar, de forma tal que los impulse a unirse en una sinergia muy fuerte y den todo de sí mismos y lo mejor que hay en ellos.
Cabe transcribir lo que grandes mujeres y hombres han pensado acerca del trabajo en equipo:
“Nunca dudes que un pequeño grupo de personas comprometidas pueda cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo ha logrado.” - Margaret Meade, antropóloga y poeta estadounidense de las décadas de 1920 y 1930
“Si estamos juntos nada es imposible. Si estamos divididos todo fallará.” - Winston Churchill
“El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos.” - Michael Jordan
Trabajar en equipo con motivación, compromiso, energía, engagement y productividad en un escenario de una crisis fuerte y amenazante, requiere de manera primordial e imprescindible un motivo, una razón, un móvil suficientemente sólido y contundente, que sea capaz de generar en cada persona una convicción para desempeñarlo con eficacia; un impulso para hacerlo con oportunidad y calidad; una razón para llevarlo a cabo con la mejor de las voluntades; y una finalidad clara, precisa y objetiva que le dé un sentido de beneficio para cada persona y simultáneamente para los demás.
En consecuencia, es imprescindible y necesario que cada empresa, tomando como base su actividad principal, replantee su misión en función del significado que tiene su actividad en esta crisis del coronavirus; de cómo impacta positivamente en la sociedad o en la comunidad en la que se desempeña; y de cómo será importante en el futuro; de forma tal que se convierta en el motor principal para darle un sentido profundo y vital para cada uno de los trabajadores y los impulse a trabajar en equipo con convicción, seguridad y compromiso. Ésta será la piedra angular para construir las bases en las que se sustentará un trabajo en equipo efectivo en tiempos de crisis. Sin un motivo verdaderamente trascendente, no se logrará.
La crisis del COVID – 19 dificulta todo contacto humano, fundamentalmente por el riesgo al contagio. En consecuencia, se requerirá de mucha creatividad en las empresas para modificar en su esencia, tanto los postulados, bases y fines que mueven al trabajo, como los factores que regularán y propiciarán a hacerlo en equipo con motivación, compromiso y resultados, porque es únicamente de esta manera como habrá energía suficiente para lograr un efectivo trabajo en equipo.
Como bien se dice en El Principito: "Si quieres construir un barco, no empieces por buscar madera, cortar tablas y distribuir el trabajo. evoca primero en los hombres el anhelo por el vasto y ancho mar".
Así como en general:
A gran parte de la humanidad “le está cayendo el veinte” del verdadero sentido que debe tener nuestra existencia; de cuáles son los “valores olvidados o marginados” que realmente son los que deben estar en la cima de la pirámide; de cómo debemos actuar con nosotros mismos, con quienes amamos, con todas las personas en general y con todo ser vivo; de la responsabilidad que tenemos de cuidar nuestro planeta, nuestra gran y bella casa; de la obligación moral que tiene cada uno de ayudar a quienes más lo necesitan; de que haya paz, respeto y armonía; y de que surja una “vida nueva”, más rica, más profunda y con un significado trascendente; De manera semejante las empresas deben encontrar un nuevo sentido y significado a su actividad, que sea más humana; más “paralela y asociada” a lo que la gente ahora piensa, siente, desea, busca y necesita; más responsable y solidaria con la sociedad; más respetuosa del medio ambiente; más significativa y enriquecedora de la naturaleza y dignidad de las personas; más orientada a la concordia y la unión; y más motivacional.
Habrá que tomar en cuenta que, en esta nueva realidad, la referencia de “el trabajo en equipo” será más direccionada para aquellos trabajadores que, por la naturaleza de su actividad, tienen que acudir a un lugar de trabajo a desempeñar su labor en grupo, de manera comunitaria, como son fábricas, restaurantes, maquiladoras, equipos deportivos, construcción, aviación, entretenimiento, hospitales y otras más, poniendo en riesgo, como nunca antes, su salud y la de sus familias y la de las personas con quienes interactúan, e inclusive, su propia vida y la de los demás. Esto sin excluir a quienes se desempeñan en Home Office.
Dejaremos de lado las acciones que la empresa tiene que llevar a cabo para proteger a sus trabajadores en sus instalaciones, que son muy variables dependiendo del giro de su actividad y de las condiciones físicas y de diseño de los lugares de trabajo; así como del equipo de protección personal que a cada persona tendrá que proporcionar; y los códigos y políticas que se deberán diseñar e implementar para que el riesgo se minimice y se propicie la seguridad y la confianza de la gente; obedeciendo las regulaciones que dispongan las autoridades gubernamentales.
Es obvio que, por encima de todo ello, por más que lo anterior sea llevado a la excelencia, cada persona en lo individual, en diferente grado según su propia naturaleza y temperamento, experimentará miedo, inseguridad, incertidumbre, angustia, desmotivación, falta de compromiso, confusión y/o desorientación. Éste es el ángulo desde el cual se abordará el tema.
Tomando en cuenta todas las consideraciones planteadas, las acciones que habrán de llevar a cabo las empresas para conseguir un efectivo trabajo en equipo en esta crisis, deberán ser:
Acciones catalizadoras:
1. Será imprescindible que, en esta crisis tan impactante como la actual, lleven a cabo un esfuerzo comunitario y organizado de creatividad, para darle “a su misión” un profundo sentido y significado, tomando en cuenta todos los factores señalados: que sea más humana; más “paralela y asociada” a lo que la gente ahora piensa, siente, desea, busca y necesita; más responsable y solidaria con la sociedad; más respetuosa del medio ambiente; más significativa y enriquecedora de la naturaleza y dignidad de las personas; más orientada a la concordia y la unión; y más motivacional. Esto porque “la nueva realidad” lo exigirá, lo requerirá ineludiblemente a grado tal que, sin ello, difícilmente podrán alcanzar las metas y objetivos que se proponen. A esta tarea habrá que darle la preeminencia y estatus que amerita, considerando que debe ser referida a las personas, a los colaboradores, a seres humanos con necesidad de un sentido y un significado en su trabajo.
2. Replantear sus objetivos y metas en función del sentido que tiene su actividad en esta crisis del coronavirus y en “una nueva realidad”; de cómo impactan positivamente en la sociedad o en la comunidad en la que se desempeña; y de cómo serán decisivas para su sustentabilidad, desarrollo y crecimiento. Y transmitirlos y encadenarlos adecuada y profusamente a todos los colaboradores.
3. Transmitir un poderoso mensaje general que contribuya a dar un significado profundo y motivacional al trabajo en equipo, que los mueva a la unión y a la acción; que hagan propio el motivo último para el cual están contribuyendo en una cadena de valor; y que los rete a enfrentar la crisis para superarse a sí mismos.
Aquí encaja a la perfección la siguiente reflexión de Albert Einstein, que puede servir de base para estructurar este mensaje:
"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."
4. Promover que los colaboradores encuentren cómo el trabajo en equipo contribuye al beneficio de los demás, por más simple que parezca ser. Como ha demostrado Adam Grant, psicólogo organizacional y profesor de la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, las personas que conciben su trabajo como una forma de ayudar a los demás consideran que su trabajo tiene un propósito elevado. Asegura: “Siempre puedes motivarte pensando en los beneficios que tu trabajo reporta al bienestar de la gente que amas.” Este propósito elevado que cada trabajador puede y debe encontrar, es tarea personal, destacando que las empresas deben promoverlo a través de una campaña continua de comunicación direccionada adecuadamente, impulsando a que individualmente se llegue a ello, tarea que corresponderá al área de Recursos Humanos apoyando, asesorando, aconsejando y motivando a la gente.De esta manera se contará con uno de los elementos imprescindibles para un buen trabajo en equipo.
5. Diseñar y promover acciones que faciliten y promuevan la unión y el compañerismo, así como la identificación y apoyo entre los colaboradores, porque está comprobado que la gente, cuando se da cuenta que tiene un entorno enfocado hacia las personas y compañeros en los que puede confiar, sus emociones, su percepción y su motivación se ven estimuladas y pueden realizar el trabajo con su máximo potencial. Esto es lo que se ha denominado como “nutrientes del trabajo”: actos de apoyo intralaboral, como el respeto, el reconocimiento, el consuelo emocional y la oportunidad de pertenecer a un grupo.
6. Diseñar y establecer un programa continuo de apoyo y orientación psicológica a los trabajadores que asegure que tienen lo que necesitan física y emocionalmente de manera constante y se sientan valorados y apoyados como seres humanos y queden debidamente atendidos y resueltos sus problemas personales o laborales. Esto será también una responsabilidad ineludible para el área de RRHH.
Acciones estructurales:
7. Establecer para cada equipo metas claras a corto, mediano y largo plazo respecto a un trabajo significativo.
8. Promover la suficiente autonomía para resolver problemas y hacerse cargo de la situación.
9. Proveer de los recursos indispensables para avanzar de manera eficaz.
10. Dar el tiempo suficiente para concentrarse en el propósito del trabajo.
11. Retroalimentar y reflexionar diariamente con el equipo acerca de las lecciones que enseñaron los éxitos y fracasos de “hoy.”
12. Animar a los miembros de cada equipo a que colaboren los unos con los otros.
13. Favorecer que las ideas fluyan libremente dentro del grupo.
14. Fomentar el respeto a y entre los miembros del equipo, reconociendo sus contribuciones, atendiendo sus ideas y tratándolos como “trabajadores de confianza.”
15. Animar a los miembros del equipo a afrontar retos difíciles.
16. Estructurar e implementar acciones que logren un sentido de grupo personal y laboral dentro del equipo.
17. Decidir grupalmente qué se puede hacer mañana para fortalecer los catalizadores y nutrientes de un equipo unido, identificado, motivado y eficiente.
18. Decidir grupalmente así mismo qué se puede hacer mañana para empezar a eliminar los inhibidores y toxinas que impiden un buen trabajo en equipo.
“Nunca dudes que un pequeño grupo de personas comprometidas pueda cambiar el mundo. De hecho, es lo único que lo ha logrado.”
“Si estamos juntos nada es imposible. Si estamos divididos todo fallará.”
“El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos.”
Estas tres reflexiones que se citaron al principio de este artículo, provenientes de gente importante, cimentan el increíble valor que tiene el efectivo trabajo en equipo, vehículo indispensable para la supervivencia humana, su desarrollo, bienestar y prosperidad, destacando su importancia y trascendencia cuando existe una crisis, como la actual.
Consecuentemente debe quedar más que claro que las empresas tienen que replantear los fundamentos y mecanismos del trabajo en equipo para que, quienes los conforman, desempeñen su trabajo con un sentido y un propósito que sea suficientemente significativo y trascendente para que dé resultados y siente las bases para afrontar con éxito el “futuro que ya nos alcanzó.”
Autor: Javier Huesca y de la Peza